Una
alimentación equilibrada es fundamental para, antes de potenciar el músculo,
perder la grasa acumulada. Asimismo, también debemos tener en cuenta los
estiramientos y lograr un descanso adecuado.
El
exceso de grasa puede transformarse en músculo
siempre y cuando cumplamos con ciertos “requisitos”.
Existen muchos mitos en
relación a este cambio como, por ejemplo, que al hacer abdominales los
depósitos de grasa se vuelven musculatura bien marcada. Sobre esto y algo más
hablaremos en el siguiente artículo.
Transformar la grasa en músculo
Muchas personas van al
gimnasio con la idea de que al entrenar los músculos la grasa acumulada se
transformará en fibras. Lamentablemente eso no sucede así.
No obstante, no hay que
desanimarse, ya que se la puede eliminar de otra manera.
Antes que nada, es preciso comprender cómo funciona la grasa. Se
trata de una reserva de energía que emplea el organismo para aquellas épocas en
las que no obtiene suficiente comida.
Hasta allí todo perfecto. El
problema reside en las ingestas copiosas de grasas las cuales solo sirven para
enfermarnos, engordarnos y hacernos ver mal.
Para que la grasa
desaparezca de nuestro cuerpo debemos
realizar un tipo de ejercicio específico: el aeróbico.
Este necesita mucha energía
en el momento (la cual “sale” de las reservas de grasa una vez que el organismo
ya agotó todo el glucógeno).
En segundo lugar, es preciso
comer de manera saludable y no añadir más grasas al
cuerpo. De esta manera se terminará antes lo acumulado
que lo “nuevo”.
De a poco la grasa irá
desapareciendo y dará lugar al músculo.
Hacer
abdominales no basta para transformar la grasa en músculo, si
bien es un ejercicio muy interesante para tonificar la zona. Además, sirven para
tomar aunque sea una parte de grasa para obtener energía.
Tener la musculatura
tonificada hace que el metabolismo funcione más rápido y que aún en reposo el
organismo “se alimente” de las reservas de grasas.
Eso sí, bajo ningún punto de
vista solo las series de abdominales son suficientes para dejar de tener un
vientre abultado y pasar a uno fuerte y marcado.
Pérdida de grasa frente al aumento de masa muscular
Estos dos conceptos son
repetidos hasta la saciedad en los gimnasios y en las dietas. El problema es
que muchas veces los confundimos o, mejor dicho, los relacionamos de forma
equivocada.
Ir al
gimnasio no es sinónimo de quemar grasa y convertirla en músculo
porque la pérdida de la primera y la ganancia de la segunda al mismo tiempo no
es posible.
El organismo solo puede
cumplir una de las dos tareas a la vez.
-Para eliminar la grasa es
necesario mantener una alimentación hipocalórica (consumir menos calorías de
las que se gastan), descansar correctamente y cumplir con una buena rutina de
entrenamiento.
-De esta manera nos
aseguramos quemar lo acumulado pero también mantener la mayor cantidad de
músculo posible (perder musculatura puede traducirse en problemas a largo
plazo).
-Por el otro lado, el
aumento de la masa muscular sucede en la fase de entrenamiento conocida como
“de volumen” en la cual el objetivo principal es conseguir una hipertrofia en
los músculos.
Esto se consigue realizando
series y repeticiones de los ejercicios con un peso adecuado (que no causen
roturas o desgarros).
El
músculo solo puede crecer si se entrena de forma intensa y se estira lo
suficiente (hasta el punto anterior a romperse).
A esta segunda rutina se le
debe añadir una alimentación correcta e hipercalórica (más calorías de las que
se gastan), y prestar mucha
atención a las ingestas previas y posteriores al entrenamiento.
Además, se necesita un buen
descanso (no ir al gimnasio a diario) y dormir lo suficiente, ya que con el
sueño las hormonas (como la testosterona) regeneran los músculos y tejidos
trabajados.
Esto significa entonces que
perder grasa y ganar músculo a la vez es imposible a menos que se consuman
pastillas u hormonas, pero no se estaría hablando de algo natural sino de un
peligro para nuestra salud.
Es preciso también desterrar la falsa creencia de que la grasa se
transforma en músculo cuando comenzamos con el entrenamiento. El
organismo no funciona de esa manera.
Transformar la grasa en músculo: presta atención a la dieta
Ahora que ya sabes que
primero deberías cumplir
un objetivo (perder grasa) para luego pasar al otro (ganar músculo),
sería bueno que llevases una dieta adecuada para alcanzar tales metas.
Además de hacer ejercicios
aeróbico y de musculación, tu alimentación debe estar compuesta por:
-Un 40% de proteínas
-Un 40% de hidratos de
carbono
-Un 20% de grasas
Las
proteínas son fundamentales para perder peso porque te alimentan,
te sacian el apetito y no te permiten engordar.
A su vez ayudan en el
aumento de musculatura. Son un macronutriente que se pueden encontrar en:
-Las claras de huevo
-Los lácteos (mejor si son
desnatados)
-Las carnes magras
-El pescado
Aunque pueda sonar extraño
también debes consumir hidratos de carbono para bajar de peso, sobre todo si
haces bastante ejercicio.
Los necesitas para contar
con la energía suficiente y no sentirte cansado o débil. Además, los
carbohidratos aceleran la quema de grasa y mejoran la capacidad pulmonar.
Antes del entrenamiento te recomendamos
que comas arroz, pasta o pan integral.
Por último, están las
grasas, con las cuales deberías tener cierto cuidado al momento de ingerirlas.
Son
imprescindibles para un buen funcionamiento del organismo y
del metabolismo, pero no hay que abusar de ellas ni tampoco elegir las grasas
“malas” (saturadas).
Las mejores grasas son las
monoinsaturadas que las puedes encontrar en el aceite de oliva, los frutos
secos y los aguacates.
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artículo fue realizado gracias a mejorconsalud.com Si
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