Claves para combatir el mal aliento

Muchas veces, el mal aliento puede ser síntoma de enfermedad. La higiene y los chequeos periódicos son fundamentales para su tratamiento.

La boca es un lugar donde se potencia el cultivo de bacterias por ser un lugar cálido y húmedo, un medio perfecto para su proliferación, –existen más de 600 especies de bacterias en ella!

Es por ello que la higiene y el aseo son fundamentales. La halitosis o mal aliento puede ser indicador de alguna otra enfermedad, y puede verse intensificado por otros factores, como pueden ser el tabaco, el estrés, llagas bucales e infecciones de encías, o incluso las caries. Hay quienes afirman que el mal aliento puede ser producto de los gases absorbidos por el intestino y liberados por los pulmones, pero lo cierto es que, generalmente, el origen del mal aliento suele estar en las bacterias bucales.

La falta de higiene, los empastes y coronas mal realizadas, las dentaduras postizas suelen influir y favorecer la creación de placa bacteriana, que no es más que una película bacteriana pegajosa que se adhiere al diente. Estos millones de bacterias que habitan en la boca son productores de ácidos y compuestos sulfatados volátiles (VSC), de muy mal olor, y crecen en los carbohidratos y proteínas procedentes de nuestra alimentación.
A veces, el tipo de olor o mal aliento es síntoma de problemas concretos. El olor a podrido, por ejemplo, puede estar indicando un deterioro dental, enfermedad o infección en las encías, mientras que un olor “afrutado” podría ser un síntoma de la diabetes mellitus.


El mal aliento matutino 
La halitosis matinal se produce por una disminución del flujo de saliva, que es la responsable de mantener la boca limpia de residuos. Durante la noche la boca se reseca, y las células muertas y bacterias se adhieren a lengua e interior de las mejillas, produciendo así el “mal aliento de la mañana”.

Los niños no suelen sufrir de halitosis matutina, aunque las infecciones de la garganta, en particular algunos tipos de amigdalitis, pueden causar halitosis. Al mismo tiempo, los problemas respiratorios, ronca, la edad, y el mal descanso producto del estrés pueden llevar a una disminución de saliva, y por ende provocar mal aliento.

Halitosis: repercusión social 
Por lo general, y desde el punto de vista social, se le atribuye una gran importancia al mal aliento.
Quienes sufren de halitosis suelen tener problemas de autoestima, sus relaciones interpersonales se ven permanentemente afectadas por el mal que los afecta; el mal aliento suele ser molesto e incluso insoportable para todos, menos para quien lo padece. Esto se debe a que las células nasales acaban por acostumbrarse o no detectar el flujo constante de efluvios fétidos.


Claves para combatir el mal aliento 
Higiene bucal. El cepillado de los dientes después de cada comida es fundamental, sin olvidarse de la lengua y las encías. Pero no debe olvidar acudir al dentista al menos dos veces al año para eliminar sarro y descartar cualquier indicio de enfermedad periodontal.
Hilo o seda dental. Su uso diario garantiza una limpieza profunda, cuidando aquellos espacios que el cepillo de dientes no alcanza.
No fumar. El hábito de fumar causa mal aliento, y es el principal factor de riesgo patológico.
Alcohol. En caso de beber alcohol, es recomendable hacerlo con moderación y con alimentos de por medio.
Grasas. Las digestiones lentas producen ácidos grasos y volátiles que favorecen el mal aliento.
Permanecer muchas horas sin comer. Es recomendable comer una manzana entre las comidas.

Halitosis en los niños 
El mal aliento en los niños suele deberse a una deficiencia en la higiene bucal, aunque también pueden ser síntomas de otras afecciones como estomatitis, gingivitis, faringoamigdalitis, rinitis o sinusitis. Si el dentista descarta alteraciones bucales o mala higiene, se deberá consultar con el médico pediatra.

Si el niño está sano, el mal aliento puede estar indicando la presencia de un cuerpo extraño en las fosas nasales. De ser así, se desaconseja intentar extraerlo uno mismo, porque podría introducirlo aún más; se recomienda llevar al niño al médico de inmediato.

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