Además de alterar su sabor, hay
determinados alimentos que pueden reaccionar de forma negativa al contacto con
los recipientes de plástico y provocarnos malestar y problemas digestivos al
consumirlos después
Los recipientes de plástico son uno
de esos elementos de la cocina que nos pueden servir para almacenar una amplia
variedad de alimentos crudos y cocidos.
A menudo se utilizan para guardar
sobras de comidas dentro del refrigerador, aunque también son útiles para
transportar el almuerzo desde la casa hasta el trabajo.
Por sus múltiples usos están
presentes en todos los hogares, casi siempre en varias presentaciones y formas,
sobre todo porque son mucho más económicos que los elaborados con aluminio y
otros materiales.
El problema es que no todos los
alimentos son aptos para ser almacenados en su interior, dado que se pueden
descomponer con más facilidad o, en su defecto, contaminarse con alguna
bacteria.
Lo más preocupante es que las
personas desconocen esta situación y continúan usándolos sin tomar las medidas
de precaución necesarias.
Por tal razón, en el espacio que
tenemos a continuación queremos dar en detalle esos 8 alimentos que no deben
tener contacto con estos elementos.
¡No te lo pierdas!
1. Huevo crudo
El huevo crudo y sus derivados,
como la mayonesa o las tortillas, no deben almacenarse en este tipo de
recipientes dado que pueden contaminarse con bacterias como la Salmonella o la
E. coli.
Por desgracia, estos
microorganismos se transmiten con facilidad a través de estos alimentos y, al
hacer contacto con el plástico, pueden proliferarse de forma desmedida.
El único modo de guardar esta
comida de forma segura es si el contendor tiene hielo o es un envase térmico.
2. Carnes procesadas
La razón por la que no se aconseja
el almacenaje de las carnes procesadas en los tupper es porque tienden a
disminuir sus propiedades nutricionales y características.
Cuando ya se han manipulado, por
ejemplo, al prepararlas en filetes rebozados o guisos, se descomponen con
facilidad y presentan cambios en su sabor y textura.
3. Guisos y sopas
Los
guisos y sopas son preparaciones a temperatura alta que, al hacer
contacto con el plástico, pueden presentar modificaciones en sus propiedades y
sabor.
Sin embargo, si se dejan enfriar
antes de ser incorporados en este elemento, se pueden llevar al refrigerador
sin ningún problema.
De este modo el calor no
desprenderá partículas del recipiente y, por lo tanto, no representará peligro
alguno.
4. Leche y sus derivados
Los recipientes de material
plástico no brindan las condiciones necesarias para una óptima conservación de
la leche y sus productos derivados.
Aunque es válido usarlo por un par
de horas, no se recomienda como elemento de almacenaje, dado que aumenta el
riesgo de contaminación por bacterias.
Los recipientes plásticos favorecen
los cambios de temperatura en el alimento, aceleran su proceso de
descomposición y elevan el riesgo de padecer molestias estomacales.
La mejor alternativa para este tipo
de productos son los recipientes de esmalte o aluminio que, por su material,
prolongan su conservación.
5. Ensaladas condimentadas
Muchas personas piensan que estos
elementos de plástico son las mejores opciones para conservar los vegetales
frescos, incluso cuando ya se han manipulado.
No obstante, aunque pueden ayudar a
evitar la contaminación cruzada, no son tan buenos para prolongar la
durabilidad del alimento.
Cuando estos han sido preparados en
ensaladas condimentadas, su contacto con el plástico afecta el sabor y le hace
perder cualidades nutricionales.
6. Café o té
Aunque hay muchos recipientes
diseñados para almacenar bebidas como el té y el café, siempre es aconsejable
esperar a que se enfríen antes de verterlos en su interior.
Esto se debe a que las altas
temperaturas afectan el ambiente del elemento, y aumentan los riesgos de
contaminación por bacterias.
Incluso, preferiblemente, se
recomienda almacenar estas bebidas en recipientes de otros materiales para que
no pierdan su sabor y propiedades.
7. Quesos
Si bien los quesos se incluyen en
los productos lácteos ya nombrados, es necesario hacerle una mención especial
por los riesgos que hay cuando se dejan por mucho tiempo en este tipo de
contenedores.
Dado que se trata de un alimento de
conserva, todos los tipos de quesos generan una transpiración que, dentro del
recipiente, favorece el crecimiento de los hongos y bacterias.
Si se dejan más de tres días en su
interior, sin destaparlos, se acumulan sustancias volátiles que promueven la
contaminación del alimento.
Como consecuencia, su textura y
propiedades se ven afectadas, y pueden generar molestias a nivel digestivo una
vez se consumen.
En conclusión, aunque son muy
prácticos, los envases de plástico no siempre son la mejor opción para
conservar los alimentos en óptimas condiciones.
Evita guardar las comidas
mencionadas, o bien, hazlo en cuencos fabricados con otros tipos de materiales.
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