Para que las múltiples
reacciones químicas que se desarrollan en nuestro organismo sean posibles hace
falta ingerir suficiente agua.
No hacerlo no sólo impide el
correcto funcionamiento del organismo sino que también puede provocar muchas
patologías. Buena parte de las enfermedades, especialmente las degenerativas,
son causadas por la deshidratación ante la carencia crónica de agua. Dicha
afirmación está fundamentada científica y clínicamente debido a que cumple un
papel fundamental para la salud pública.
Primeras alertas de la
escasez de agua en el cuerpo
Cuando nos deshidratamos el
organismo reacciona aumentando la producción del neurotransmisor histamina a
fin de regular la cantidad de agua disponible. Cuando eso sucede y la histamina
y sus reguladores de agua subordinados son demasiado activos pueden aparecer
alergias, asma y dolores crónicos en diferentes zonas del cuerpo, desde el
dolor dispéptico hasta el artrítico reumatoide pasando por el de angina, el
lumbar, el de piernas, la migraña o la colitis. Aunque esos dolores se perciban
en zonas localizadas, en realidad están avisando que hay deshidratación de todo
el organismo.
Si tales síntomas no se
reconocen como avisos urgentes de que el organismo necesita agua, se puede
llegar entonces a una posible deshidratación crónica que causaría a largo plazo
daños irreversibles.
La falta de agua ocasiona
problemas en el cerebro
La deshidratación crónica de
las células cerebrales junto a la falta de sodio y de un aminoácido esencial
-el triptófano– son la principal causa de las patologías cerebrales: Alzheimer,
Parkinson, Esclerosis múltiple, Ataxia cerebelosa y depresión.
De hecho hay otros factores
como el exceso de aluminio en circulación dentro del cuerpo. Una posibilidad
que se fundamenta en el hecho constatado de que el aluminio está muy presente
en el agua ya que hasta en las sociedades occidentales tecnológicamente más
avanzadas se utiliza sulfato de aluminio en el proceso de desinfección del agua
potable de las ciudades. En el cerebro, como decimos, es imprescindible tanto
un buen nivel de hidratación como de sodio en el interior de las células. Es
absolutamente esencial tanto para la generación de la energía hidroeléctrica
con la que se nutre como para el buen funcionamiento de los mecanismos de
neurotransmisión.
La deshidratación causa una
grave carencia de triptófano en el cerebro. Cuando los niveles son inferiores a
lo normal, este aminoácido es muy sensible al estrés.
El agua cumple un papel
protagónico en el proceso digestivo
Cuando comemos el organismo
segrega en el estómago el denominado jugo gástrico, una solución muy corrosiva
compuesta básicamente por ácido clorhídrico diluido y una enzima inactiva
llamada pepsinógeno que se transforma en pepsina y tiene como función descomponer
las proteínas en elementos más pequeños -los péptidos– para proceder a su
metabolización. A medida que el estómago hace su trabajo, las porciones no
metabolizadas son trasladadas al intestino delgado a través de otra válvula: el
píloro. Sólo que antes de pasar al intestino delgado, el páncreas segrega una
solución bicarbonatada para alcalinizar el entorno y contrarrestar la acidez
con la que llega el alimento del estómago.
Para fabricar esa solución
bicarbonatada el páncreas necesita una gran cantidad de agua circulante. Y
cuando el cuerpo está deshidratado eso no es posible, con lo que el proceso
digestivo no puede realizarse de forma eficiente.
Cuando el cuerpo tiene
escasez de agua, no hay garantía de que el jugo gástrico sea neutralizado
debidamente. Dicho esto, hay que añadir que la falta de agua provoca también
otras dolencias. Es el caso de la colitis -o inflamación de colon- y del
estreñimiento al que frecuentemente va asociada. Una situación que se agrava
cuando, comida tras comida, seguimos sin beber suficiente agua y se acumulan en
el intestino grueso las heces endurecidas. Proceso que con el tiempo termina
causando malestar e infección.
Tomar líquido previene la
aparición de Artritis
Para la medicina
convencional la Artritis es una enfermedad producida por la alteración
patológica del cartílago, lo que provoca dolor e hinchazón en las
articulaciones que con el paso del tiempo pueden llegar a lesionarse gravemente
provocando artrosis, es decir, deformaciones de los huesos. La Artritis Reumatoidea,
en cambio, se debe a un mal funcionamiento del sistema inmune y afecta más a
menudo a las manos y los pies.
Oficialmente se desconoce la
causa y el futuro de quienes padecen esta “enfermedad” es sufrirla de por vida
consumiendo constantemente antiinflamatorios, analgésicos y otros paliativos.
Sin embargo, las millones de
personas de todo el mundo que sufren alguna forma de artritis deberían saber
que también en su caso el problema suele estar causado también por una
deshidratación crónica. Los dolores en las articulaciones deberían de hecho
considerarse indicadores de falta de agua en la articulación afectada.
La superficie del cartílago
de los huesos contiene mucha agua encargada de lubricar las articulaciones y
permitir que las dos superficies opuestas resbalen libremente entre sí durante
el movimiento. Eso permite a un cartílago bien hidratado que el deterioro a
causa de la fricción sea mínimo.
En suma, para evitar la
artritis lo que habría que hacer es tomar en serio el primer dolor inicial, empezar
en ese momento a ingerir suficiente agua diariamente y doblar suavemente de
forma constante las articulaciones para activar la circulación en la zona a fin
de recuperar la movilidad. Si el dolor no desaparece en unos días, consultar al
médico.
Beber agua ayuda a evitar
problemas de espalda
Lo expuesto anteriormente es
válido también para las articulaciones vertebrales de la columna. La diferencia
es que en ellas el agua no sólo lubrifica las superficies de contacto sino que
además se almacena en el corazón de los discos intervertebrales para así
soportar la presión del peso de la parte superior del cuerpo. De hecho, se
calcula que el 75% del peso de la parte superior del cuerpo es soportado por el
volumen de agua almacenado en el núcleo del disco de la 5ª vértebra lumbar,
mientras el otro 25% es soportado por la materia fibrosa que existe alrededor
de ese disco.
Al haber deshidratación, los
discos intervertebrales y las articulaciones de la columna están entre los
primeros órganos afectados. La afectación del 5º disco lumbar -cuya función es
tan importante para mantenernos erguidos- suele producirse en el 95% de los
casos de problemas de columna.
En definitiva, para evitar
todo dolor de espalda hay que beber bastante agua y hacer una serie de ejercicios
a fin de crear un vacío intermitente que atraiga al líquido elemento dentro del
espacio del disco.
Dolores de cabeza producidos
por líquido insuficiente
La migraña tiene relación
con la deshidratación. Es un indicador de regulación crítica de la temperatura
corporal.
Un exceso de mantas en la
cama que no dejan que el cuerpo regule su temperatura durante el sueño, bebidas
alcohólicas que provocan deshidratación celular -particularmente en el
cerebro-, situaciones de alergia que hacen secretar histamina o un exceso de
calor ambiental sin ingesta de agua son ejemplos típicos de “estrés de calor”.
Simplemente se evitan con la ingesta regular de agua.
El Síndrome de Fatiga
Crónica
La depresión es el resultado
de una carencia de agua en el tejido cerebral. Aseveración que se apoya en la
base de que el cerebro utiliza la energía eléctrica para funcionar y ésta se
genera en el interior del cuerpo, precisamente a expensas de la circulación del
agua. Con la deshidratación, el nivel de generación de energía disminuye,
especialmente en el cerebro, por lo que muchas funciones cerebrales que
dependen de ese tipo de energía se vuelven ineficaces.
Agregando que ese estado
depresivo causado por la deshidratación es también lo que suele llevar al
llamado Síndrome de Fatiga Crónica, una serie de problemas fisiológicos
avanzados que se hallan asociados al estrés y, por ende, a la deshidratación
crónica.
El estrés agota las reservas
de agua: Cuando el cuerpo está deshidratado pone en marcha unos procesos
fisiológicos similares a los que activa cuando está atendiendo una situación de
estrés. Por eso para él la deshidratación causa estrés y el este a su vez causa
una posterior deshidratación, ya que agota las reservas de agua del cuerpo.
Los efectos de las bebidas
estimulantes:
A su vez, el consumo
constante de café, té o colas en sustitución del agua priva al cuerpo de su
plena capacidad de formar energía hidroeléctrica. El exceso de cafeína anula la
energía ATP almacenada en el cerebro y en el cuerpo por lo que es una de las
principales causas que llevan tanto al déficit de atención. Es más, un exceso
de cafeína puede a largo plazo terminar cansado al corazón a causa de su
excesiva estimulación.
Cabe agregar que algunos
test experimentales han demostrado que la cafeína perjudica la vista y a los
componentes de la memoria que tienen que ver con la facultad de aprendizaje. De
ahí que las personas afectadas de Alzheimer y los niños con dificultades para
estudiar no deberían consumirlo.
El agua es necesaria para
evitar enfermedades como la Hipertensión
La actividad del denominado
sistema renina-angiotensina-aldosterona, un mecanismo subordinado a la
activación de histamina en el cerebro, es esencial en el control del volumen y
la presión sanguínea. Se activa para conservar el agua cuando falta o ante una
carencia de sodio en las células. Es más, hasta que el contenido de agua y
sodio del cuerpo no alcanza un nivel adecuado el sistema actúa estrechando la
capa capilar y el sistema vascular, provocando hipertensión.
Cuando hay estrés parte del
agua disponible se usa para disolver las materias almacenadas, como las
proteínas, el almidón y la grasa. Y es para compensar el agua gastada que se
pone en marcha el sistema mencionado anteriormente, coordinando su
funcionamiento con la vasopresina y otras hormonas. Cabe añadir que los riñones
son el principal lugar de actividad de ese sistema. A fin de cuentas, son los
responsables de la producción de orina con la que eliminamos las toxinas y
demás material de desecho.
Para poder trabajar en
condiciones, los riñones necesitan suficiente agua. Ante su carencia pueden
concentrar la orina, pero no es menos cierto que esa capacidad no debe usarse
hasta el límite ya que dañaría al órgano. En suma, el sistema
renina-angiotensina-aldosterona es más activo cuando los riñones están dañados
y la producción de orina es insuficiente. El exceso de actividad podría
provocar disfunciones renales. Los problemas renales, por tanto, pueden también
ser consecuencia de una deshidratación crónica y de una carencia de sodio.
En definitiva, la presión
arterial alta es también el resultado de un proceso de adaptación a la carencia
de agua en el cuerpo. El agua es el mejor diurético natural. Si las personas
que tienen hipertensión y producen la cantidad de orina adecuada aumentaran su
ingesta diaria de agua no necesitarían tomar diuréticos.
El colesterol es un signo de
deshidratación
La explicación de la llamada
hipercolesterolemia o exceso de colesterol en el organismo difiere también
mucho de la convencional. Tener demasiado colesterol en sangre es un mecanismo
de defensa de las membranas celulares contra la fuerza osmótica de la sangre a
fin de conservar el agua, o bien señal de que la sangre concentrada no puede
liberar bastante agua para atravesar la membrana celular y mantener las
funciones celulares normales.
Es decir, la excesiva
elaboración de colesterol y su depósito en la membrana celular no es más que
parte del objetivo natural de proteger a las células vivas de la deshidratación
ya que es como una especie de “arcilla natural” que hace de pared celular
impidiendo el paso del agua.
En las células vivas con
núcleo, el colesterol es el agente que regula la permeabilidad al agua de la
membrana celular. Y en las que no lo poseen, la composición de los ácidos
grasos empleados en la elaboración de la membrana celular le da el poder de
sobrevivir a la deshidratación.
La producción de colesterol
en la membrana celular es pues una parte del sistema de supervivencia de la
célula. Por consiguiente, es una sustancia absolutamente necesaria y su exceso
denota que existe deshidratación.
Por tanto, si aportamos al
cuerpo el agua necesaria antes de ingerir alimentos evitaremos la formación de
colesterol en los vasos sanguíneos.
De esta forma, el exceso de
colesterol es el resultado de la deshidratación. Sin embargo, cuando un aumento
de la ingesta de agua hace bajar los niveles de colesterol pero éstos aumentan
otra vez hay que asegurarse de que el cuerpo no tiene deficiencia de sodio.
Consumirla combate el
sobrepeso
Las sensaciones de sed y
hambre se producen cuando el nivel de energía del cuerpo está bajo. En tales
casos el organismo moviliza la energía almacenada en la grasa y para eso
necesita poner en marcha los mecanismos de secreción hormonal. Como ese proceso
tarda más tiempo del que a veces puede esperar, la parte frontal del cerebro se
encarga de obtener energía inmediata a partir del azúcar de la sangre o de la
“hidroelectricidad”. El cerebro gasta una enorme cantidad de energía y por eso
recibe aproximadamente el 20% de toda la circulación sanguínea.
Cuidado, la sed a veces
provoca una falsa sensación de hambre. Recordemos que para cubrir sus
necesidades energéticas el cerebro utiliza dos mecanismos:
1. El azúcar presente en la
sangre, que obtiene con la metabolización de la comida.
2. El suministro de agua y su
conversión en energía hidroeléctrica.
El problema es provocado en
los casos en que el ser humano no sabe distinguir entre la necesidad de sed y
la necesidad de comida. Cuando estas señales llegan, tiende a comer. La boca
seca es el último aviso, la señal de alarma cuando la deshidratación
prácticamente ya es un hecho. Y al alimentarnos en exceso por no entender que
el cuerpo nos pide agua y no comida, ganamos peso.
La falta de sodio y el asma
El asma y las alergias son
igualmente indicadores de que el cuerpo ha recurrido a un aumento en la
producción de histamina ante la falta de agua. Está constatado que en los
asmáticos hay un incremento del contenido de histamina en sus tejidos
pulmonares y que es precisamente esa sustancia la que regula la contracción
muscular bronquial. A fin de cuentas, los pulmones son uno de los órganos que
tienen mayor pérdida de agua a causa de la evaporación que provoca la
respiración. La histamina se produce para evitar la constricción bronquial. Se
trata de una maniobra simple y natural para preservar el agua. Obviamente,
cuando el estado de deshidratación es importante se libera una cantidad
exagerada de histamina.
Por eso, beber la cantidad
adecuada de agua diariamente ayuda a aliviar y prevenir tanto el asma como las
alergias.
Por otra parte, en algunas
personas la escasez de sodio en el cuerpo puede producir los mismos síntomas
que en el caso de la falta de agua. Conviene que en las crisis asmáticas graves
se tome abundante agua con una pizquita de sal, bajo la lengua sin que toque el
paladar para que no haya irritación, ya que ésta es un antihistamínico natural.
El asma no es una enfermedad
sino una adaptación fisiológica del cuerpo a la deshidratación y a la
restricción de sal que se manifestará siempre que no se preste suficiente
atención al consumo de agua y de sal. Por eso basta una pizca de sal en la
lengua después de beber agua para hacer creer al cerebro que un montón de sal
ha entrado en el cuerpo y relaje los bronquiolos.
Diabetes y síntomas de la
falta de líquido
La diabetes es un desorden
del metabolismo, siendo la insulina el factor más importante del proceso.
Entonces, la diabetes Tipo I es muy probablemente también el resultado final de
una carencia de agua. ¿La razón? Como ya hemos visto, cuando hay deshidratación
el cuerpo produce histamina para regular el nivel de agua, pero paralelamente
se activan un grupo de sustancias conocidas como prostaglandinas, implicadas
también en un sistema subordinado de distribución racionada de agua a las
células del cuerpo. Una de ellas es la prostaglandina tipo E, que parece estar
también implicada en la elaboración de la solución bicarbonatada que
contrarresta la acidez de los alimentos en el proceso digestivo pero que se
encarga también de inhibir naturalmente la secreción de insulina por el
páncreas.
Es decir, la prostaglandina
E tiene dos funciones claras: por un lado, distribuir agua al páncreas y por
otro, inhibir la acción de la insulina. Este último hecho sería la causa de la
diabetes tipo I, consecuencia de la causa principal: la deshidratación crónica.
En cuanto a la diabetes Tipo
II, se debería atribuir la causa a la deshidratación crónica y al trastorno del
metabolismo de los aminoácidos en el organismo, responsable muy probablemente
de la destrucción de la estructura del ADN en las células beta del páncreas
encargadas de producir la insulina.
Basta un consumo diario,
estricto y regular de para estar en condiciones óptimas de regular todas las
funciones corporales.
Soluciones para dos
problemas muy comunes
1) Insomnio. Las personas
que lo padecen pueden resolver su problema bebiendo antes de acostarse un vaso
grande de agua y poniendo luego una pizca de sal en la lengua, sin tocar el
paladar, ya que ello induce el sueño en sólo unos minutos. La explicación es
que con esa acción se altera el porcentaje de descarga eléctrica en el cerebro
y ello provoca somnolencia.
2) Desmayos. Si es usted de
esas personas que a veces sufre desmayos después de una ducha debe saber que se
debe a que las reservas de agua de su cuerpo no son suficientes para llegar al
cerebro cuando los vasos sanguíneos de la piel se abren a causa del calor del
agua. Por eso se recomienda beber siempre un vaso de agua antes de meterse bajo
el grifo.
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