Aunque comúnmente se suele
asociar a una mala alimentación, sobrepeso y sedentarismo, el colesterol puede
tener otras causas. La herencia genética e incluso el estrés también pueden
causar una sobreproducción de colesterol y una ineficaz eliminación en el sistema.
Las causas de los valores
elevados en el colesterol pueden ser muchas, desde un desequilibrio en la
dieta, hasta la herencia genética que predispone a al organismo a acumular una
cantidad excesiva de esteroles. En este sentido, e independientemente de si la
persona lleva una dieta rica y balanceada y realiza ejercicio físico, se pueden
llegar a presentar enfermedades cardiovasculares y altos valores de colesterol.
En estos casos los altos valores de colesterol y los problemas coronarios
suelen presentarse en dos o más miembros de la familia, y es necesario
complementar la medicación indicada por el médico con una dieta adecuada y
actividad física.
El ritmo de vida moderno,
más bien sedentario, acompañado por una dieta poco saludable son factores de
riesgo para la obesidad, epidemia que caracteriza nuestros tiempos. Detrás del
alto número de casos de personas que sufren problemas de sobrepeso se encuentra
el exceso de grasas saturadas, carbohidratos y sal en las comidas en general;
escenario que suele ser el más común para presentar colesterol y problemas
cardíacos.
¿Qué es el colesterol?
Las lipoproteínas son
sustancias que se transportan las grasas por todo el cuerpo, entre ellas el
colesterol, sustancia necesaria para crear la membrana que regula la entrada y
salida de sustancias de las células. El colesterol tiene dos fuentes, todo
alimento de origen animal, y el mismo cuerpo. El hígado produce un 10% de los
esteroles, y en menor porcentaje los testículos, ovarios, e intestino.
Una cierta cantidad de
colesterol es esencial para el buen funcionamiento del organismo, pero un
exceso en su concentración puede causar que se adhiera a las paredes de venas y
arterias. De aquí los resultantes problemas coronarios: la acumulación de
colesterol reduce el caudal de sangre que corre por las arterias, disminuyendo
el flujo que llega al corazón y al cerebro.
El colesterol alto es
asintomático, pero es sin duda un alto factor de riesgo de padecer enfermedades
cardiovasculares.
El estrés como disparador
del colesterol
La tensión constante resulta
en una excesiva liberación y acumulación de esteroles. El estrés -que en inglés
significa literalmente agresión- está considerado como una de las causas de
niveles altos de colesterol, y por tanto, como factor de riesgo de padecer
arterosclerosis.
El trabajo excesivo,
angustiante y en constante tensión y presión son muy nocivos para la salud. El
trabajo constante y el desequilibrio por falta de jornadas de descanso en un
clima de permanente tensión, exigencias y competitividad dan lugar a estados de
ansiedad o inseguridad que pueden fácilmente desencadenar hipertensión
arterial, altos niveles de grasas y colesterol en sangre, y hasta infarto de
miocardio.
Entre las pruebas y estudios
que se han realizado al respecto, resulta curioso y a la vez perfectamente
claro una prueba que se realizó con un grupo de estudiantes universitarios. Se
tomó una muestra sanguínea para estudiar sus niveles de colesterol en dos
ocasiones, la primera unas cuantas semanas antes de los exámenes finales, y la
segunda unos pocos días antes. El estudio reveló que los niveles de colesterol
en sangre habían aumentado notoriamente en los días cercanos a los exámenes, cuando
presentaban un cuadro marcado de ansiedad y tensión.
Posibles desencadenantes del
colesterol alto
-Cambio brusco que represente
una aceleración en el ritmo de vida del individuo -como -mudarse del campo a la
ciudad.
-Competitividad laboral o
individual
-Preocupaciones y problemas
económicos
-Separaciones, divorcios,
problemas familiares de gran tensión para la persona
-Personas con pluriempleo
-Jornadas de más de 60 horas
semanales
-Ocupar cargos laborales o
profesionales de mucha responsabilidad
-Sensaciones de
insatisfacción
-Mujeres que trabajan fuera y
dentro de casa
-Jubilación
-Practicar deportes en
demasía y sin medir las posibilidades
-Un deseo excesivo de
constante superación que lleve a la auto-presión.
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