Los golosos están de suerte con la dulce dieta del
chocolate, cuyo secreto reside en la adecuada combinación de este oscuro manjar
con otros alimentos y no pasarse ni un gramo de la dosis diaria permitida.
Gracias a su elevado aporte de vitaminas y minerales,
este efectivo y equilibrado plan de adelgazamiento le inundará de energía sin
provocarle ataques de ansiedad.
Un descubrimiento que lo cambio todo
Allan Stralvofr, profesor de la Universidad de Umea
(Suecia), podría ostentar la paternidad de la dieta del chocolate. Gracias a un
estudio químico-análitico demostró que este manjar de dioses no sólo encierra
un alto poder energético, sino que gracias a otras propiedades nutritivas
podría abanderar un efectivo plan de adelgazamiento.
El chocolate debe ser de primera calidad, hablamos del
chocolate más sano con un alto porcentaje de cacao (mínimo 70%). Este tipo de
chocolate contiene proteínas, vitamina Ay B en abundancia, así como calcio,
hierro, fósforo, potasio, magnesio, cloro y azufre.
Su punto débil es el arsenal de calorías que encierra,
nada menos que entre 518 y 535 por cada 100 gramos. Aunque con un valor
nutritivo inferior, esta sobredosis calórica equivale a un buen plato de fideos
con salsa de tomate.
Mucha fibra y dosificación
1- Frente a su poder calórico, es necesario complementar
con una alimentación equilibrada e hipocalórica, de 1200 a 1400 calorías
diarias, que coloca en su mesa a una gran variedad de productos. La estrategia
antikilos es combinarlo con porciones ricas en fibra como frutas, verduras,
cereales integrales y legumbres. El chocolate engorda menos cuando su consumo
se acompaña con nutrientes ricos en fibra que cuando se ingiere solo, ya que la
fibra obstaculiza y retrasa la absorción de sus grasas y azúcares.
2- Otro de los pilares del éxito de esta dieta es
respetar la dosis diaria de chocolate permitida. La medida se establece en seis
onzas al día. Debe ingerirse en una sola toma, preferentemente a primera hora
del día, a media mañana o a mediodía. Más allá de la merienda no conviene
degustar la ración diaria porque el organismo carece de tiempo suficiente para
quemar el caudal de energía que aporta.
Pierda uno o dos kilos por semana
La dieta del chocolate posibilita la pérdida de dos a
tres kilos a la semana. Es ideal para amantes de lo dulce, porque bajarán de
peso sin ataques de ansiedad. Como si esto fuera poco, su aporte energético
eleva el ánimo. Aunque puede practicarse durante todo un mes, sobre todo si las
necesidades de perder kilos no son muy ambiciosas, su menú es escaso en
cantidad, así como en ración de pan, grasa y fécula. La razón es que el régimen
se encuentra muy supeditado a las calorías que introduce el chocolate.
Lo más aconsejable es seguirla durante 15 días,
alternarla con una dieta de mantenimiento de un mes de duración y someterse a
ella durante otra quincena. Ante sus carencias nutricionales, se hace necesario
acompañarla de suplementos polivitamínicos que también incorporen minerales.
Opte por preparados ricos en vitaminas liposolubles, hierro, vitamina B1 y
ácidos grasos.
Otros consejos a seguir
Junto a su incapacidad para cubrir las necesidades
vitamínicas y minerales del organismo, la dieta del chocolate puede provocar
estreñimiento. Para solucionar este problema se recomienda ingerir salvado de
trigo, semillas de plantago ovata, goma de guar o glucomanano. Todas estas
fibras deben acompañarse con mucha agua e ingerirse con anterioridad a la toma
de chocolate para retrasar más su absorción.
Esta dulce dieta será más efectiva si los alimentos se
mastican en profundidad y con tiempo. Con ello se consigue una mayor sensación
de saciedad y una digestión mucho más ligera. También encuentra un aliada de
excepción en la práctica de un ejercicio, que debe estar en sintonía con la
capacidad física y la edad del aspirante a este melifluo plan de
adelgazamiento.
Con qué debemos combinar el chocolate para no absorber
sus grasas
La dieta del chocolate apuesta por una variada
alimentación que tiene como protagonistas a los siguientes alimentos:
• Bebidas: Agua, infusiones y zumos de fruta naturales.
• Carnes: Sobre todo carne blanca, en especial pollo o
pavo, sin piel ni grasa. De forma ocasional, también se permite la ternero o el
cordero desengrasados.
• Frutas: Fresa, frambuesa, piña, naranja, limón, kiwi,
mandarina, pomelo, ciruela, manzana, níspero, lima, membrillo, cerezas,
grosellas, moras, melocotón, albaricoques, nectarinas, peras y arándanos. Hay
que ingerirlas en su punto y, a ser posible, lavadas y con piel para que sean
más saciantes.
• Fiambres: Pollo, pavo o ternera.
• Lácteos: Con preferencia por los desnatados y mejor
enriquecidos con vitaminas o minerales, incluye leche, yogur, queso de Villalón
o Burgos, requesón y cuajada.
• Legumbres: Garbanzos, lentejas, alubias, judías blancas
y frijoles.
• Mariscos: Gambas, cigalas, camarones, cangrejos de mar,
langostinos, langosta, nécoras, percebes, ostras, almejas, mejillones y
berberechos. Se incluyen aquí calamares y sepia.
• Pescados azules: Bonito, caballa, boquerón, atún,
arenque, emperador, sardina, anguila, jurel, salmón y angulas.
• Pescados blancos: Besugo, bacalao, bacaladitos,
congrio, lenguado, gallo, congrio, merluza, mero, pescadilla, platija, lucio y
carpa.
• Verduras y hortalizas: Repollo, lombarda, coles de
bruselas, berenjenas, acelgas, alcachofas, espinacas, coliflor, calabacín,
judías verdes, espárragos, cebolla, nabos, habas, rabanitos, guisantes,
pimiento, tomate, zanahoria, pepino, berros, lechuga, endibias, escarola.
Aunque los huevos tienen licencia, en especial la clara,
no conviene abusar de ellos. Para el pan propone dos opciones: biscotes
integrales tostados o pan de molde integral. Los cereales han de ser
integrales, al igual que la pasta y el arroz.
La forma de cocinar es fundamental
Como en cualquier otro régimen, la dieta del chocolate
basa su éxito en una adecuada forma de cocinar los alimentos que conforman su
plan de adelgazamiento. Apuesta por tomar los alimentos al vapor, cocidos,
asados, a la plancha, a la brasa o a la parrilla, pero bajo ningún concepto
fritos.
Se aconseja cocinar utilizando la menor cantidad posible
de grasa, con un máximo de dos cucharadas pequeña de aceite de oliva al día. De
sus pucheros hay que desterrar los aceites animales (manteca, nata,
mantequilla…), así como los aceites vegetales sólidos (palma, cacao…), ya que
suponen un exceso de grasas saturadas. A la hora de endulzar, opta por
edulcorantes sintéticos, tales como sacarina, aspartano…
Contra la apatía, organiza un menú
El hecho de encontrarse decaído, fatigado o deprimido, no
sólo responde a unos malos hábitos alimenticios. En muchas ocasiones el mal
reparto de las comidas hace que también aparezcan esos síntomas.
Es necesario sustituir las prisas, atracones y dejadez de
un lado. Un desayuno escaso, comer en cinco minutos o una cena copiosa puede
trastornar en organismo. Para combatir todo esto conviene seguir a rajatabla
una serie de reglas:
• Desayunos ricos y abundantes. Para afrontar la jornada,
seguramente agotadora, es necesario tomar un buen desayuno. No hay que olvidar
que éste aporta el 20% de la energía necesaria para enfrentarse a la mañana.
• Varía más. Es necesario planificar los menús con un
poco de antelación. De este modo se consigue un aporte de nutrientes mucho más
completo. No vale la pena comer siempre lo mismo. Diversificar ayuda a mantener
un buen equilibrio.
• Abandona las prisas. Comer de pie, y deprisa puede
acarrear serios problemas digestivos. Es conveniente comer sentado y tranquilo,
dedicando al rato de la comida el tiempo necesario, no sólo para digerirla
bien, sino también para saborearla, que no deja de ser un placer.
• Marcar horarios. El cuerpo lo agradece, aunque a veces
resulte aburrido. Se debe acostumbrar al estómago a un horario de comida. Así
la principal debe hacerse siempre a la misma hora y nunca acostarse seguido de
la cena.
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