Antaño los médicos atribuían al mal de amores la palidez
extrema de algunas pacientes que acudían a ellos. Hoy se sabe que una tez
pálida también puede ser indicio de una carencia de hierro.
Al día, el hombre pierde alrededor de 0,5 miligramos de
hierro, y la mujer -debido a la menstruación-, hasta 2 miligramos. Ya sólo esta
cantidad la tenemos que suplir con la alimentación diaria. Además, una persona
sana dispone de «reservas de hierro» (hierro que se halla ligado a proteínas en
el organismo), que son movilizadas rápidamente en caso de necesidad.
El metabolismo del hierro presenta algunos puntos
débiles, que podrían dar lugar a trastornos, como por ejemplo en caso de
pérdidas de sangre considerables (debido a accidentes, operaciones, donaciones
de sangre o la menstruación), con las que, naturalmente, también se pierde
hierro.
Otra causa importante que motiva una carencia de hierro
cabe encontrarla en unos hábitos alimentarios inadecuados. Los alimentos
proporcionan hierro de dos tipos: el hierro hémico bivalente y el hierro no
hémico trivalente. Ambas formas se diferencian por su presencia en los
alimentos y su biodisponibilidad (por este término se entiende la cantidad de
hierro que realmente consigue llegar de los intestinos al torrente sanguíneo y,
de este modo, a su «destino»).
Necesidades diarias de Hierro:
– Niños hasta los 10 años 8-10 mg
– Niños hasta los 15 años 12-15 mg
– Jóvenes y adultos 10-15 mg
– Mujeres embarazadas 30-40 mg
– Mujeres en período de lactancia 10-25 mg
– Deportistas de elite 20-30 mg
El hierro hémico
Se halla principalmente en la carne y productos cárnicos,
la carne de ave y caza, así como en el resto de productos animales.
Comparativamente, se absorbe bien y casi independientemente de la composición
de los alimentos: hasta un 23 % de promedio. El hierro no hémico se encuentra
en los cereales, las hortalizas y las frutas. En este caso el grado de
absorción oscila entre el 3 y el 8%.
Por esta razón, los vegetarianos estrictos, que rechazan
todo tipo de proteínas animales, con frecuencia presentan una carencia de
hierro, así como aquellas personas que deben seguir una determinada dieta o
realizan continuos regímenes de adelgazamiento.
En enfermedades como la de Crohn o después de una
resección de estómago o intestinos (extirpación parcial de estos órganos),
pueden producirse alteraciones en la absorción y, en consecuencia, una carencia
de hierro, debido a que de los alimentos no llega más que una mínima cantidad a
la sangre.
Interacciones
Las investigaciones han revelado que la vitamina C puede
formar compuestos solubles con el hierro. Así, se incrementa la valencia del
hierro, lo que mejora su absorción. Si antes de una comida rica en hierro, toma
un vaso de jugo de cítricos recién exprimido, incrementará la absorción del
hierro en un 100%. Esto también sucede en el caso de la vitamina C sintética en
forma de ácido ascórbico cristalino.
Desafortunadamente, existe un gran número de factores que
inhiben por completo la absorción del hierro. Entre estos inhibidores
bioquímicos, el ácido fítico (presente en hortalizas y cereales, sobre todo, en
el salvado) reviste una especial importancia. En diferentes estudios se ha
comprobado que puede llegar a inhibir la absorción del hierro hasta en un 60%.
Algo parecido ocurre con el ácido oxálico de espinacas,
acelgas y remolachas. Por un lado, es cierto que las espinacas contienen
hierro. Sin embargo, de poco le sirve este hierro al organismo, ya que el ácido
oxálico bloquea la absorción de hierro. Mala suerte para los numerosos pequeños
“mártires de las espinacas”, que estuvieron obligados a comer esta verdura
durante su infancia. Así mismo, el tanino del té negro también nos priva de
este oligoelemento, ya que forma un compuesto insoluble con el hierro de los
alimentos, y el organismo sólo puede absorberlo en estado soluble. El mismo
efecto se produce con el café, el vino tinto, el cacao y las bebidas cola,
aunque de forma no tan acentuada.
No obstante, existe otro obstáculo en el propio
organismo: el calcio. Este mineral, que principalmente se halla en la leche y
en los productos lácteos, también altera de modo considerable la absorción del
hierro. Por ello, es importante cómo combina los alimentos en sus comidas.
Consejos prácticos
• Cuanto más oscuro sea el color de un tipo de carne,
tanto más hierro contiene. En el hígado de cerdo, ternera y cordero es donde
más hierro se halla presente. Debido a que en el hígado también se depositan
sustancias tóxicas, no deberá consumirse más de una vez a la semana.
• Aquellos que toman té o café deberán esperar al menos
una hora y media después de haber tomado un plato abundante en hierro para
tomar cualquiera de estas bebidas. Asegúrese de que sus hijos no tomen bebidas
cola con las comidas. Deberá darse preferencia a los jugos de frutas.
• En las comidas que incluyan hierro, cabe asegurarse que
la cantidad de calcio contenida en los alimentos no sea muy elevada.
• Los productos congelados favorecen el aprovechamiento
del hierro: el hierro siempre se halla ligado a proteínas animales o vegetales.
La congelación supone una alteración tal que las proteínas se ven modificadas y
ceden el hierro con mayor facilidad.
• Aquellos que prescindan totalmente de alimentos
animales, deberían tomar en cada comida suficiente vitamina C (jugos cítricos
recién exprimidos, chucrut, kiwis, etc.).
• Si su dieta diaria es variada y equilibrada, no
necesita tomar preparados de hierro adicionales.
• Para cocinar utilice ollas de hierro y elementos
ácidos.
Las fuentes de hierro
Respecto a los valores mencionados en la tabla, cabe
señalar que deben tomarse como orientativos, dada la gran diferencia existente
en distintos análisis y distintas condiciones de producción de los alimentos.
Las condiciones de suelo condicionan directamente el contenido de sales en el
producto final.
Otro consejo es evitar los productos “enriquecidos” con
hierro, ya que industrialmente se utilizan forman inorgánicas: gluconato
ferroso, sulfato ferroso o fumarato ferroso. Estas formas sintéticas son
asimiladas y acumuladas en exceso en el organismo, dando lugar a riesgo de
enfermedades cardíacas y cáncer. Por este tema, algunos países europeos han
prohibido la aditivación de hierro a las harinas.
La idea es que la variedad de alimentos que muestra la
tabla, nos incentive a diversificar y enriquecer nuestra alimentación, evitando
los riesgos generados por la toxicidad de las fuentes animales y las fuentes
sintéticas industriales.
Alimentos ricos en Hierro
(valor
medio en mg por 100g de producto)
|
Espirulina 52,8
Tomates secos 39,4
Fenogreco 33.6
Algas hiziki 29.0
Fenogreco 33.6
Algas hiziki 29.0
Menta 27.4
Agar Agar 21.0
Sésamo 20.1
Algas nori 20.0
Melaza de caña 20.0
Brotes de trigo 19.8
Levadura seca 17.5
Jengibre 17.0
Coriandro 16.1
Paté de higado 16.0
Harina de algarroba 16.0
Polen seco 15.9
Azúcar integral mascabo 15.0
Brotes de soja 15.0
Algas Kombu 13.0
Algas wakame 12.9
Cebada perlada 12.3
Cacao Amargo 12.2
Harina de soja integral 12.1
Semilla de zapallo 11.2
Poroto de soja 9.3
Semillas de girasol peladas 8.9
Mijo pelado 8.8
Habas secas 8.2
yema de huevo (3 unidades) 8.0
Perejil 8.0
Higado de ternera 7.9
Porotos aduki 7.6
Pistacho pelado 7.4
Garbanzo 7.2
Porotos alubia 6.8
Castañas de cajú 6.0
Hongos shitake 5.5
Avena arrollada 5.2
Berro 5.1 Arvejas 5.0
Pan de trigo integral 5.0
Damasco seco 5.0
Espinaca 4.2
Pasas de uva 4.1
Higos secos 4.0
Fideos integrales 3.8
Ortiga 3.8
Tupinambur 3.7
Salvado de trigo 3.6
coco rallado 3.6
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