Aunque los problemas renales
suelen mostrar pocos síntomas hasta que están muy avanzados, hay señales que
nos pueden servir de aviso, como la retención de líquidos o alteraciones en la
orina
Los riñones son los órganos
encargados de filtrar los desechos de la sangre para removerlos del cuerpo a
través de la orina.
Se estima que tienen un
tamaño aproximado a un puño y, al día, llegan a procesar 190 litros de sangre
para eliminar hasta dos litros de agua.
Por otro lado desempeñan un papel
muy importante en la regulación de la presión arterial y se encargan de
producir varias hormonas fundamentales para nuestro bienestar general.
No obstante, tal y como
ocurre con otras partes del cuerpo, el exceso de toxinas puede afectar su
funcionamiento y derivar en graves problemas de salud.
Lo más preocupante es que
suelen ser afecciones silenciosas o cuyos síntomas se confunden con los de
otros problemas más comunes.
La buena noticia es que hay
algunas señales contundentes que nos pueden servir para sospechar de cualquier
anomalía en el sistema.
Como sabemos que la mayoría
las desconocen, a continuación queremos revelar las 8 más importantes.
¡Descúbrelas!
1. Cambios en los
hábitos de micción
Los cambios en los hábitos
de micción suelen presentarse cuando algo no está del todo bien en los riñones.
Tener la necesidad de ir
continuamente al baño, o bien, disminuir la cantidad de veces, indica que estos
órganos no están funcionando como debieran.
2. Alteraciones en
la orina
Las alteraciones en el
color, olor y textura de la orina son señales muy útiles para descubrir un
fallo en el sistema renal.
Notar un color más amarillo
de lo normal, sangre o un olor desagradable es suficiente para solicitar una
consulta médica.
Aunque casi siempre se
presentan por infecciones en las vías urinarias, es conveniente hacerse los
exámenes necesarios para descartar problemas más graves.
3. Retención de
líquidos
Dado que estos órganos
cumplen la función de regular los líquidos del cuerpo, su mal funcionamiento conduce
a la retención o edema.
Como disminuye su capacidad
para filtrar los líquidos y desechos, los procesos inflamatorios se alteran y
provocan hinchazón en la cara, los pies, los tobillos y otras partes del
cuerpo.
4. Fatiga y
decaimiento
En los riñones se produce
una hormona conocida como eritropoyetina cuya función es intervenir en la
creación de glóbulos rojos de la sangre.
Esto quiere decir que, a su
vez, estos desempeñan un papel determinante en el transporte del oxígeno hacia
las células del cuerpo.
Debido a esto, un mal
funcionamiento renal puede provocar cuadros de anemia y continua sensación de
decaimiento y cansancio.
La disminución del suministro
de oxígeno hacia las células se traduce en mareos, fatiga y dificultades para
alcanzar la concentración.
5. Dolor en la
espalda o en los riñones
En los pacientes con
dificultades en los riñones, sobre todo los ancianos, suele presentarse un
dolor en la región lumbar o en zonas cercanas a estos órganos.
Si bien puede tratarse de un
problema muscular, algunas veces tiene mucho que ver con las enfermedades renales
que se están desarrollando.
La presencia de cálculos o
las infecciones en las vías urinarias puede provocar un intenso dolor lumbar
que se irradia hasta la ingle.
6. Sabor extraño en
la boca
La acumulación de toxinas en
la sangre que se produce por los problemas en los riñones puede provocar mal
aliento y un sabor metálico en la boca.
De hecho, algunos pierden su
gusto por la carne o disminuyen la cantidad de comida que por lo general
ingieren al día.
7. Erupción cutánea
Pese a que muchos lo
ignoran, una piel saludable también depende de la oxigenación y limpieza de la
sangre.
Por lo tanto, cuando los
riñones dejan de filtrar los desechos, es común que se presenten erupciones
cutáneas y otras imperfecciones faciales.
Algunas veces esas
alteraciones vienen acompañadas de una incómoda sensación de comezón o alergia.
8. Hipertensión
Es un trastorno que se puede
desencadenar por múltiples factores que afectan las arterias y el sistema
cardiovascular.
Entre estos, es primordial
saber que la retención de agua y sodio puede conducir a un aumento considerable
de la presión arterial.
Tanto la insuficiencia renal
crónica como la glomerulonefritis aumentan el riesgo de desarrollar esta
condición.
También se puede manifestar
con el desarrollo de una patología conocida como estenosis de la arteria renal,
la cual se genera por una obstrucción parcial de la arteria renal, encargada de
transportar sangre a los riñones.
¿Sospechas que algo no va
bien en tu sistema renal? Consulta cuanto antes con el médico para descartar
complicaciones graves.
Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en mejorconsalud
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