Muchos deportistas se
preguntan: ¿qué debo comer antes de entrenar? ¿Y durante el ejercicio? ¿Y
después de entrenar?
Obviamente, para responder a
todas estas cuestiones habrá que analizar caso por caso, pero... ¡buenas
noticias! Existen unos
patrones generales que podéis seguir sin miedo a equivocaros.
Hay que tener en cuenta que
existen muchos factores que pueden influir en qué es mejor comer, como por
ejemplo la modalidad deportiva que practiques o tu situación de salud y física.
Así pues, ¡no te tomes este texto al pie de la letra! En todo caso, leer este
artículo te permitirá tener varias ideas básicas sobre lo que hay que comer,
cuándo y cómo.
Una vez aclarado esto, vamos
a empezar.
¿Qué –y cómo- comer antes de entrenar?
Antes de realizar la
práctica deportiva necesitaremos tener un cuerpo nutrido, en una situación en
que nuestras células y músculos sean capaces de rendir bien y minimizar así el
riesgo de lesión. Para este fin, los nutrientes que ingerimos (carbohidratos o
azúcares, grasas y proteínas) deben estar en unas cantidades y proporciones
óptimas.
Grasas
Hemos de saber que los
lípidos son el último elemento de obtención de energía, una energía muy eficaz
pero muy lenta: tarda más tiempo en ponerse en marcha para nutrir nuestras
células musculares. Se activa la oxidación de ácidos grasos a los 20-40 minutos
de haber empezado la práctica deportiva y… es casi imposible agotar las reservas
de lípidos de nuestro cuerpo.
Por un lado, las grasas ya
las tenemos repartidas en todo el cuerpo, y esto significa que contamos con
almacenes prácticamente inagotables. Si comemos grasas antes de entrenar solo
haremos que poner a trabajar el estómago y disminuiremos la movilización de
sangre hacia donde queremos que se transporte: los músculos. Por tanto, la
ingesta de grasas antes de realizar ejercicio no es muy recomendable puesto que
ralentizara nuestra digestión. Aparte de eso, nuestros almacenes de lípidos ya
nos proporcionan este nutriente de forma constante, por tanto no debes tener
ningún temor a que se acabe.
Azúcares
Hablando de azúcares, lo
cierto es que disponemos de pequeñas reservas en el hígado y a nivel muscular.
Sin embargo, estos almacenes de glucosa no son suficientemente grandes como para
cubrir las necesidades de nuestro cuerpo en una jornada de entrenamiento
físico, así que deberíamos ingerir un carbohidrato de absorción lenta para
cargar de energía nuestras células y no sentirnos cansados o tener una lipotimia
durante el ejercicio.
Ejemplos de azúcares de
absorción lenta hay muchos, pero los más recomendables son la pasta, el arroz y
el pan. Si son integrales, ¡mucho mejor! Porque los alimentos integrales son
absorbidos de forma más lenta por nuestro sistema digestivo, por tanto nuestras
reservas energéticas cubrirán más y mejor nuestras necesidades durante (y
después) de la práctica deportiva, gracias en parte a su contenido en fibra.
Por lo que respecta a la
fibra, debemos saber que tiene dos funciones básicas: bajar el índice glucémico
de los alimentos (esto está relacionado con la velocidad de absorción de un
alimento y con la activación de la insulina de nuestro cuerpo) y limpiar
nuestros intestinos.
Proteínas
Por último, pero no menos
importante, tenemos las proteínas. Estas juegan un papel fundamental durante el
ejercicio para evitar o ralentizar los procesos de destrucción muscular. En el
apartado proteico debemos tener en cuenta que las reservas solo duran de 3 a 4
horas, independientemente de si hablamos de proteínas vegetales (lentejas, por
ejemplo) o animales (un filete de ternera).
En lo único que nos
fijaremos a la hora de decidir si apostamos por proteínas vegetales o animales
será en nuestro grupo sanguíneo, ya que según los tipos de sangre seremos más
tolerantes o menos a un tipo proteico u otro, por tanto la digestión se
producirá más rápidamente o menos. Este punto de los grupos sanguíneos y la
asimilación de proteínas os lo explicaré en otro artículo más detalladamente, no
me quiero entretener en esto.
Una vez visto qué y cómo
debemos comer antes del ejercicio, pasemos a la siguiente fase: durante la
actividad deportiva.
¿Qué –y cómo- comer
durante el ejercicio físico?
En este punto del
entrenamiento en que empezamos a sudar y a notar como nuestros músculos bombean
sangre necesitaremos ingerir ciertos nutrientes que nos permitan mantener un
buen nivel de hidratación y energía. Es durante la sudoración que nuestro
organismo expulsa agua y componentes minerales. Esta pérdida podemos subsanarla
fácilmente ingiriendo una bebida isotónica. Los botellines de agua isotónica
contienen azúcares de rápida absorción necesarios para restablecer los niveles
de agua y glucosa que demanda nuestro cuerpo al ejercitarse. Si se da el caso
que la bebida isotónica no lleva azúcares, no te preocupes: puedes añadirle un
par de cucharadas de azúcar blanco.
Por lo que refiere a las
proteínas durante el entrenamiento, nuestro cuerpo solo puede asimilar la
proteína ya descompuesta en aminoácidos. El aminoácido es la unidad más pequeña
en que puede descomponerse una proteína, una cadena de aminoácidos forma una
proteína. Dos tipos de aminoácidos son los encargados de reparar las
microscópicas fibras musculares de nuestro cuerpo que se van degradando cuando
hacemos deporte. Por un lado tenemos la glutamina (que es el aminoácido más
importante para el tema que nos ocupa) y que tiene un papel fundamental en los
procesos de reparación de las fibras musculares.
Por otro lado encontramos
los aminoácidos BCAA (Branch Chain Amino Acids), formados por la valina,
leucina e isoleucina, tres componentes esenciales en el metabolismo muscular.
Estos aminoácidos puedes adquirirlos en tiendas especializadas, y vienen en
forma batido, que puedes preparar en casa y tomártelo tranquilamente durante el
entrenamiento. ¡Importante!: Tenemos que vigilar la procedencia de estos
productos, puesto que no todos tienen la misma calidad.
Los productos de baja
calidad pueden ser peligrosos para nuestra salud, ¡mucho cuidado!: este también
será un tema que me guardo para otro artículo, porque merece explicarse bien.
En cualquier caso, mucha prudencia a la hora de escoger los suplementos
nutricionales: es mejor no tomarlos que tomar alguno que pueda perjudicar tu
salud.
Una vez explicado qué y cómo
hay que comer durante el entrenamiento, prosigamos: vamos a conocer cómo
nutrirse después de sudar la gota gorda.
¿Qué –y cómo- comer
después del entrenamiento?
Inmediatamente después del
ejercicio disponemos de un lapso de tiempo de entre 90 y 120 minutos durante el
cual nuestro cuerpo es altamente receptivo con todos los nutrientes que
ingiramos. Este tiempo especial recibe el nombre de ventana anabólica, y
también ocurre por las mañanas al despertarnos. Por tanto, atentos a lo que sigue
porque es muy importante.
La mejor opción para después
del ejercicio será tomarnos un batido de carbohidratos de rápida absorción, con
el fin de cortar el proceso de destrucción muscular. Este se produce por el
continuado estrés sobre el musculo, que va dañando lentamente las fibras
durante el ejercicio físico hasta crear micro roturas musculares. Para que
consigamos una mejora en la calidad muscular (y por ende, en el rendimiento
deportivo), hemos de pasar obligatoriamente por este proceso de destrucción.
Eso sí, no es conveniente que las fibras musculares permanezcan degradadas y
sin alimento para repararse durante mucho tiempo, de ahí lo necesario de este primer
batido que te recomiendo.
Al poco tiempo de este
primer batido y antes de que termine el tiempo de ventana anabólica, lo idóneo
es tomar un segundo batido, esta vez de proteínas, para poder recuperar la
estructura muscular. Debes tener en cuenta que dependerá de la calidad de la
proteína que la absorción se produzca de forma más rápida y que nos siente
mejor a nivel digestivo. Esto es así porque en el momento justo después del
ejercicio no tenemos mucha sangre en los órganos que intervienen en el proceso
de digestión.
La sangre se mantiene en los
músculos para oxigenarlos y reparar las fibras, dejando el resto del cuerpo un
poco desabastecido, como pasa con el estómago, que deberá hacer un
sobreesfuerzo para asimilar correctamente los alimentos que reciba y poder así
reparar las fibras musculares. A resultas de todo este proceso, la calidad de
nuestros músculos aumenta, lo que conlleva un progreso en nuestra condición
física general.
Más tarde, antes de que
termine la ventana anabólica, debemos ingerir un carbohidrato rápido para
rellenar los almacenes musculares de glucosa. Mi recomendación personal es el
que contiene la patata hervida o el boniato. Como fuente proteica, seguiremos
el mismo patrón que antes, mirando un alimento que nos vaya bien según nuestro
grupo sanguíneo.
Alimentación y
entrenamiento: conclusiones
Como hemos podido comprobar,
la alimentación antes, durante y después del entrenamiento deportivo es clave
para optimizar el rendimiento físico, y la recuperación y sobrecompensación
muscular. Espero que esta mini-guía te sirva para poder mejorar la calidad de
tus entrenamientos y puedas así lograr tus objetivos personales.
Ahora, lo más importante: ¡a
entrenar!
Escrito por: Carlos GonzálezRubio
Fuente: el post completo y original lo puedes consultar en psicologiaymente
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